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CHICAGO, EEUU (AFP) - Una juez del Estado norteamericano de Nebraska decidió no mandar preso a un hombre que se confesó culpable de abusar sexualmente de un menor. El motivo, su baja estatura (1,55 metros): consideró que no podría sobrevivir en la cárcel, donde podría sufrir abusos por parte de otros reos. Richard Thompson, de 1,55 metros de estatura y 45 kilos de peso, reconoció haber agredido dos veces sexualmente a un adolescente de 13 años, informó el viernes el diario Omaha World Herald. Aunque la magistrada consideró que Thompson, de 50 años, merecía la pena máxima de diez años de cárcel, lo condenó a libertad bajo control judicial reforzado.
La juez destacó que un informe psiquiátrico no catalogó al agresor de depredador sexual. Su decisión escandalizó a la opinión pública y el fiscal general del Estado, Jon Bruning, decidió apelar. "Me da igual que mida un metro", dijo Bruning. "Si atacan a un niño en este Estado deben pagar un precio. La libertad condicional es un precio muy pequeño... Esta juez se equivocó".
Un funcionario de la prisión estatal dijo que aunque los violadores de menores son a menudo acosados por otros presos, la gente de baja estatura no corre grandes riesgos. "Nuestras prisiones son seguras", dijo Steve King, portavoz del departamento de cárceles de Nebraska. "Si (un preso) se siente amenazado, puede pedir protección de los encargados", añadió.