el mejor regalo
. la escena under es como un huevito kinder: nunca sabés lo que puede tocarte en suerte. viernes a la noche en la tribu, epicentro de buenos aires pero algo huele a manchester; hay unas pocas mesas todas ocupadas, hay más gente sentada en el suelo, parada al fondo, acodada en la barra. todos jóvenes, todos lindos, muchas chaquetas y remeras de bandas punk, chicas prolijamente arregladas para la ocasión, raros peinados viejos y un muchacho punk. media hora después de lo previsto comienza la primera banda: el aperitivo: norma, punk rock prolijo, frenético; el bajista quiere ser joe strummer y el cantante, espasmódico, canta menos de los que se mueve. no suenan mal, pero después de 6 o 7 temas -15 o 20 minutos- me aburro y me voy al fondo, improvisado vip que ofrece sillones y paz mental. sé que lo que viene va a ser mejor, es un secreto a voces: él mató a un policía motorizado es una de las bandas más mencionadas en el agradable teléfono descompuesto que es el under de la plata. mucha expectativa a veces es malo a la hora de disfrutar. no esta vez.
. tengo una debilidad por las bandas en las que canta el bajista -desde the police hasta los peligrosos gorriones. el chango sube al escenario con su blanco bajo blanco: remera roja, campera azul, la mirada perdida en la pared del fondo, como los profesionales. ocupa su lugar en la vanguardia del escenario, frente al micrófono. la gente delira. atrás las dos guitarras; más atrás, casi escondido, el baterista. "me apagás esta luz blanca" pide el chango y la luz se apaga. sin más palabras comienzan los primeros acordes. potencia. buen gusto. cabezas que se agitan: en el público todos parecen saber los temas. él mató a un policía motorizado es una banda de canciones: concisas, brillantes, hits en potencia. han escuchado, intuyo, a los ramones, a primal scream -el telón de guitarras donde se proyecta la música-, a jesus & mary chains: la lección bien aprendida.
. después del segundo tema, y por pedido de una de las guitarras, se apaga el único foco que caía sobre el escenario: la tribu queda a oscuras, pero no atenúa el efecto: lo amplifica. actitud profesional, pose bien entendida, a esta banda le falta muy poco para saltar a las grandes ligas y competir por un título, pienso y cuando me doy cuenta yo también estoy moviendo la cabeza -como aquel muchacho recién sacado de los suburbios de londres que se acaba, él solo, una botella de whisky en los 50 minutos que dura el show-, como aquel muchacho yo también coreo el estribillo de una canción que nunca antes escuché. mi chica rutera/espero que vuelvas. el show, ya lo dije, duró 50 minutos -unos 10 o 12 temas- y dejó con ganas de más. el huevo kinder me trajo el mejor regalo. en el próximo, de seguro, me toca un trompito.
2 Comments:
At 19:24, el coro suelto said…
si leés la blognovela.
At 15:56, orgullozombie said…
¿si leo la blognovela qué?
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