¿batman vota a patti?
. si no fuera porque sale en canal 9 pensaría que se trata de una parodia. es que la miniserie "criminal" -que compite en la supersaturada noche de lunes contra el diego, tinelli y susana- parece eso: una tomadura de pelo. la historia, a simple vista, no difiere demasiado de la del encapotado: el hombre común -en el caso de batman multimillonario- que tras el asesinato de un familiar se torna justiciero. pero apa apa apa no nos apresuremos. vamos a buscar similitudes y diferencias entre el personaje de diego peretti y don bruno diaz, vamos a sazonar todo con un poquito de política y, ahí sí, sin apresurarnos ni ser prejuicios, vamos a poder llegar a una conclusión: que "criminal" es, sin más ni más, basura ideológica.
. la diferencia entre batman y la gran mayoría del resto de los superhéroes -digamos, por ejemplo, superman, o su hipérbole: el capitán américa- es que mientras estos utilizan sus poderes -o capacidades especiales, o trajes supersofisticados, o lo que sea que los hace superhéroes- en la lucha por la legalidad, el hombre murciélago tiene como último ideal la justicia. que, deberíamos saberlo, no siempre coincide con la ley. mientras que superman se limita a ser el übermench del gobierno de turno -republicano, demócrata, whatever, el no pregunta, a él no le importa, la obediencia debida made in krypton-, batman va más allá -no mucho, pero algo más allá- de las instituciones cuando la última fechoría del villano que toca se le pone entre ceja y ceja. en infinidad de historias se juega con la interesante -y discutible- idea de que los villanos son pandemia en ciudad gótica PORQUE hay un batman. que los científicos se vuelven locos y los bomberos pirómanos y los payasos fracasados brillantes mentes criminales porque la figura de batman los atrae y los desafía. superman nunca podría inspirar ni al punga más patético, porque no supone un desafío mayor que el preexistente, no tiene una conciencia propia, es una herramienta más del sistema, que por sí solo ya se encarga de generar outsiders y resentidos y supervillanos.
. ahora bien: batman nunca mató a nadie. siempre se limitó a depositar mansamente a los malos en la cárcel de blackgate o el loquero arkaham para que, mansa e indefectiblemente, escapen algunos meses más tarde. podría decirse que lo hace sólo para asegurarse un stock permanente de némesis, pero dudo que batman tenga conciencia de su condición de personaje ficticio. prefiero la teoría de que, más allá de comprender que la justicia legal es incompleta, corrupta y muchas veces futil, sabe que siempre va a resultar mejor que ponerse a acribillar al que te joda la vida, por más que -en algunos casos- se lo merezca. se ve, siempre según esta teoría, que batman leyó el leviatán de hobbes. esto es: si no hay una autoridad para imponer algún tipo de orden -luego podemos, debemos, discutir qué autoridad y qué orden- todos terminan matándose a todos. homo homini lupus, el hombre es el lobo del hombre, la ley de la selva. llamalo como quieras.
. se ve que los realizadores de "criminal" no. ojo, quizás me este apresurando, vi tan solo un capítulo -el que peretti mata al narco que se coje a las minas que después va a usar de mulas-, quizás la serie evoluciona y todos se dan cuenta de que el protagonista en realidad es un enfermo, que sí, es cierto que hay inseguridad, pero que matando delincuentes no vas a "salvar al país". quizás.
. en el primer capitulo, me contaron, el protagonista es testigo de un asesinato. cuando lo habla con el padre -que sabe por conservador pero más sabe por viejo, supongo- recibe un consejo: "¿para qué vas a hacer la denuncia? ¿querés que los chorros te vengan a matar a tu casa? a esos tipos habría que fusilarlos en la plaza de mayo" ("la experiencia y la sensación de injusticia que muchos perciben de la misma manera", acotó infobae). insisto, hasta parece una parodia. al padre, profético él, lo matan los mismos chorros antes de que promedie el episodio, lo que desata la locura del protagonista, que, según las inmejorables palabras del cronista de infobae, "sin esperanza, sin justicia y profundamente deprimido, toma una pistola de la remisería y sigue los pasos de uno de los jóvenes delincuentes, que se mueve con impunidad. en un boliche de cumbia villera se dará el final de este apasionante capítulo. al ritmo de la cumbia, y en pleno baile, peretti se acerca hasta el que mató a su padre, lo mira a los ojos, se reconocen, y le descarga un tiro de 45 en el estómago. es el comienzo de una carrera criminal, pero que para el público tiene sabor a justicia..."
. y todo esto a días nomás de las elecciones. paso por el kiosko de revistas y veo la tapa de pagina/12: don luis patti, candidato ahora duhaldista en la provincia de buenos aires -donde transcurre gran parte de la serie-, que propuso condecorar a un comerciante de bahia blanca que la semana pasada baleó a dos asaltantes. "tuvo una actitud de valor, como el estado no lo defendió él se defendió y yo creo que al valor hay que darle una medalla", textual del ex comisario. el mensaje es el mismo: la justicia por mano propia se justifica allí donde el estado no puede garantizar esas condiciones de, reitero, justicia. pero el asunto está en la concepción misma de justicia, en este caso: el ojo por ojo diente por diente. no es justicia enjuiciar a los delincuentes, porque "la cárcel tiene puertas giratorias". justicia es, para esta gente, hacer lo que el estado no hace -o no hace de manera regular e institucionalizada-: matar.
. la diferencia entre batman y la gran mayoría del resto de los superhéroes -digamos, por ejemplo, superman, o su hipérbole: el capitán américa- es que mientras estos utilizan sus poderes -o capacidades especiales, o trajes supersofisticados, o lo que sea que los hace superhéroes- en la lucha por la legalidad, el hombre murciélago tiene como último ideal la justicia. que, deberíamos saberlo, no siempre coincide con la ley. mientras que superman se limita a ser el übermench del gobierno de turno -republicano, demócrata, whatever, el no pregunta, a él no le importa, la obediencia debida made in krypton-, batman va más allá -no mucho, pero algo más allá- de las instituciones cuando la última fechoría del villano que toca se le pone entre ceja y ceja. en infinidad de historias se juega con la interesante -y discutible- idea de que los villanos son pandemia en ciudad gótica PORQUE hay un batman. que los científicos se vuelven locos y los bomberos pirómanos y los payasos fracasados brillantes mentes criminales porque la figura de batman los atrae y los desafía. superman nunca podría inspirar ni al punga más patético, porque no supone un desafío mayor que el preexistente, no tiene una conciencia propia, es una herramienta más del sistema, que por sí solo ya se encarga de generar outsiders y resentidos y supervillanos.
. ahora bien: batman nunca mató a nadie. siempre se limitó a depositar mansamente a los malos en la cárcel de blackgate o el loquero arkaham para que, mansa e indefectiblemente, escapen algunos meses más tarde. podría decirse que lo hace sólo para asegurarse un stock permanente de némesis, pero dudo que batman tenga conciencia de su condición de personaje ficticio. prefiero la teoría de que, más allá de comprender que la justicia legal es incompleta, corrupta y muchas veces futil, sabe que siempre va a resultar mejor que ponerse a acribillar al que te joda la vida, por más que -en algunos casos- se lo merezca. se ve, siempre según esta teoría, que batman leyó el leviatán de hobbes. esto es: si no hay una autoridad para imponer algún tipo de orden -luego podemos, debemos, discutir qué autoridad y qué orden- todos terminan matándose a todos. homo homini lupus, el hombre es el lobo del hombre, la ley de la selva. llamalo como quieras.
. se ve que los realizadores de "criminal" no. ojo, quizás me este apresurando, vi tan solo un capítulo -el que peretti mata al narco que se coje a las minas que después va a usar de mulas-, quizás la serie evoluciona y todos se dan cuenta de que el protagonista en realidad es un enfermo, que sí, es cierto que hay inseguridad, pero que matando delincuentes no vas a "salvar al país". quizás.
. en el primer capitulo, me contaron, el protagonista es testigo de un asesinato. cuando lo habla con el padre -que sabe por conservador pero más sabe por viejo, supongo- recibe un consejo: "¿para qué vas a hacer la denuncia? ¿querés que los chorros te vengan a matar a tu casa? a esos tipos habría que fusilarlos en la plaza de mayo" ("la experiencia y la sensación de injusticia que muchos perciben de la misma manera", acotó infobae). insisto, hasta parece una parodia. al padre, profético él, lo matan los mismos chorros antes de que promedie el episodio, lo que desata la locura del protagonista, que, según las inmejorables palabras del cronista de infobae, "sin esperanza, sin justicia y profundamente deprimido, toma una pistola de la remisería y sigue los pasos de uno de los jóvenes delincuentes, que se mueve con impunidad. en un boliche de cumbia villera se dará el final de este apasionante capítulo. al ritmo de la cumbia, y en pleno baile, peretti se acerca hasta el que mató a su padre, lo mira a los ojos, se reconocen, y le descarga un tiro de 45 en el estómago. es el comienzo de una carrera criminal, pero que para el público tiene sabor a justicia..."
. y todo esto a días nomás de las elecciones. paso por el kiosko de revistas y veo la tapa de pagina/12: don luis patti, candidato ahora duhaldista en la provincia de buenos aires -donde transcurre gran parte de la serie-, que propuso condecorar a un comerciante de bahia blanca que la semana pasada baleó a dos asaltantes. "tuvo una actitud de valor, como el estado no lo defendió él se defendió y yo creo que al valor hay que darle una medalla", textual del ex comisario. el mensaje es el mismo: la justicia por mano propia se justifica allí donde el estado no puede garantizar esas condiciones de, reitero, justicia. pero el asunto está en la concepción misma de justicia, en este caso: el ojo por ojo diente por diente. no es justicia enjuiciar a los delincuentes, porque "la cárcel tiene puertas giratorias". justicia es, para esta gente, hacer lo que el estado no hace -o no hace de manera regular e institucionalizada-: matar.
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